No sabemos nada
acerca del autor de Tobit; apenas que se trataba de un judío versado en la
historia y en la ciencia de Dios y que posiblemente haya vivido en tiempos de la Diáspora.
La fecha y el lugar de composición son dudosos: algunos afirman que fue escrito
en Egipto
entre los siglos IV y III a. C.:2
mientras que algunos autores se inclinan por el siglo
II a. C. o aun comienzos del siglo I a. C.
("entre el 200 y el 50 a. C.3
), en Palestina. Su idioma original, como el de todos
los libros de este período, parece ser, según el análisis de la mayoría de los
expertos, el arameo. Posteriormente habría sido traducido al
hebreo y al griego, aunque es posible un original hebreo
El Libro de
Tobías es una deliciosa historia, de esas que la delicadeza de Dios parece haber
puesto como cebo para encariñarnos con la lectura de la Sagrada Biblia, río de
la gracia divina, que procede del Trono de Dios y del Cordero (Apocalipsis 22,
1), como la llama el Papa Benedicto XV, en pos de San Jerónimo.
Tobías, en
griego Tobit, se encuentra cautivo en Nínive, unos setecientos años antes de
Jesucristo. Brillan en él extraordinariamente las virtudes de la religión, la
fe en las divinas promesas, la firme esperanza en Dios, que le da alegría y
fortaleza en las pruebas, y la más tierna caridad para con el prójimo. También
su hijo, del mismo nombre, es un modelo de hombre recto, lo mismo que su
esposa, la joven Sara, en quien se cumplen las palabras de Prov. 19, 14:
"De los padres vienen la casa y los bienes, mas la mujer prudente la da
sólo el Señor".
El libro de
Tobías forma parte de los libros históricos de la Biblia y pertenece a aquellos
escritos de los cuales dice el Cardenal Gomá que podrían llamarse "un
tratado de moral en forma histórica" (Biblia y Pred., p. 118). De ahí que
algunos exégetas propongan incorporarlo a los libros poético-didácticos. La
Iglesia no se ha pronunciado sobre este asunto y permite que los escrituristas
estudien esta cuestión, como la del carácter histórico de los libros de Judit y
Ester, con tal que se atengan a las normas de la Encíclica "Divino
Afflante Spiritu".
En cuanto a
la composición, los dos Tobías mismos parecen ser los autores de este libro, ya
que en los tres primeros capítulos de los textos griego y siríaco, Tobías habla
en primera persona. Esta opinión se funda también en la versión griega que dice
en 12, 20 (19): "Escribid en un libro todo lo acaecido". Sin embargo,
creen muchos expositores que el libro, tal como hoy se presenta, fue redactado
en el tiempo en que el hebreo había dejado de ser lengua del pueblo.
El texto
original hebreo o arameo se ha perdido, por lo cual seguimos en esta edición la
versión de la hecha por San Jerónimo según el texto arameo. Hemos consultado
también la traducción griega, que en general es más larga, especialmente la
recensión trasmitida en el Codex Sinaiticus.
El Libro de
Tobías es el poema incomparable del feliz hogar cristiano: del viejo hogar de
los padres y del nuevo hogar de los hijos. Allí se aprende a practicar las
obras de misericordia y se entera de que un Angel presenta a Dios todo lo que
hacemos por auténtica caridad.
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