domingo, 30 de octubre de 2011

Profetas Mayores - Libros de Isaias


Isaías fue hijo de Amós. No debe confundirse con el profeta Amós, pues éste fue contemporáneo de Isaías, no siendo por tanto, su padre. El nombre del padre de Isaias fue Amoz y no Amos como el del profeta aunque sonara casi parecido no era el mismo nombre. El nombre de Amós era muy común entre los hebreos, lo cual indica que no sólo porque diga que era hijo de Amós quiera decir que se refiera al profeta Amós. Nació en o alrededor de 765 a. C. Fue llamado al profetismo en el año de la muerte de Azarías (Is. 6:1) y se convirtió en asesor de los reyes siguientes.

Isaías es el primero de los profetas del A. T., desde luego por lo acabado de su lenguaje, que representa el siglo de oro de la literatura hebrea, mas sobre todo por la importancia de los vaticinios que se refieren al pueblo de Israel, los pueblos paganos y los tiempos mesiánicos y escatológicos. Ningún otro profeta vio con tanta claridad al futuro Redentor, y nadie, como él, recibió tantas ilustraciones acerca de la salud mesiánica, de manera que S. Jerónimo no vacila en llamarlo "el Evangelista entre los profetas".

Distínganse en el libro de Isaías un Prólogo (cap. 1) y dos partes principales. La primera (cap. 2-35) es una colección de profecías, exhortaciones y amonestaciones, que tienen como punto de partida el peligro asirio, y contiene vaticinios sobre Judá e Israel (2, 1-12, 6), oráculos contra las naciones paganas (13, 1-23, 18); profecías escatológicas (24, 1-27, 13); amenazas contra la falsa seguridad (28, 1-33, 24), y la promesa de la salvación de Israel (34, 1-35, 10). Entre las profecías descuellan las consignadas en los cap. 7-12. Fueron pronunciadas en tiempo de Acaz y tienen por tema la Encarnación del Hijo de Dios, por lo cual son también llamadas "El Libro de Emmanuel".
Entre la primera y segunda parte media un trozo de cuatro capítulos (36-39) que forma algo así como un bosquejo histórico.

El capítulo 40 da comienzo a la parte segunda del Libro (cap. 40-66), que trae veintisiete discursos cuyo fin inmediato es consolar con las promesas divinas a los que iban a ser desterrados a Babilonia, como expresa el Eclesiástico (48, 27 s.).

Fuera de eso, su objeto principal es anunciar el misterio de la Redención y de la salud mesiánica, a la cual precede la Pasión del "Siervo de Dios", que se describe proféticamente con la más sorprendente claridad.
No es de extrañar que la crítica racionalista haya atacado la autenticidad de esta segunda parte, atribuyéndola a otro autor posterior al cautiverio babilónico. Contra tal teoría que se apoya casi exclusivamente en criterios internos y lingüísticos, se levanta no sólo la tradición judía, cuyo primer testigo es Jesús, hijo de Sirac (Ecl. 48, 25 ss.), sino también toda la tradición cristiana.
Para la interpretación de Isaías hay que tener presente lo dicho en la Introducción general.

Fuente: Aci-Prensa

lunes, 24 de octubre de 2011

Libros Historicos - Tobias


No sabemos nada acerca del autor de Tobit; apenas que se trataba de un judío versado en la historia y en la ciencia de Dios y que posiblemente haya vivido en tiempos de la Diáspora. La fecha y el lugar de composición son dudosos: algunos afirman que fue escrito en Egipto entre los siglos IV y III a. C.:[2] mientras que algunos autores se inclinan por el siglo II a. C. o aun comienzos del siglo I a. C. ("entre el 200 y el 50 a. C.[3] ), en Palestina. Su idioma original, como el de todos los libros de este período, parece ser, según el análisis de la mayoría de los expertos, el arameo. Posteriormente habría sido traducido al hebreo y al griego, aunque es posible un original hebreo
El Libro de Tobías es una deliciosa historia, de esas que la delicadeza de Dios parece haber puesto como cebo para encariñarnos con la lectura de la Sagrada Biblia, río de la gracia divina, que procede del Trono de Dios y del Cordero (Apocalipsis 22, 1), como la llama el Papa Benedicto XV, en pos de San Jerónimo.
Tobías, en griego Tobit, se encuentra cautivo en Nínive, unos setecientos años antes de Jesucristo. Brillan en él extraordinariamente las virtudes de la religión, la fe en las divinas promesas, la firme esperanza en Dios, que le da alegría y fortaleza en las pruebas, y la más tierna caridad para con el prójimo. También su hijo, del mismo nombre, es un modelo de hombre recto, lo mismo que su esposa, la joven Sara, en quien se cumplen las palabras de Prov. 19, 14: "De los padres vienen la casa y los bienes, mas la mujer prudente la da sólo el Señor".
El libro de Tobías forma parte de los libros históricos de la Biblia y pertenece a aquellos escritos de los cuales dice el Cardenal Gomá que podrían llamarse "un tratado de moral en forma histórica" (Biblia y Pred., p. 118). De ahí que algunos exégetas propongan incorporarlo a los libros poético-didácticos. La Iglesia no se ha pronunciado sobre este asunto y permite que los escrituristas estudien esta cuestión, como la del carácter histórico de los libros de Judit y Ester, con tal que se atengan a las normas de la Encíclica "Divino Afflante Spiritu".
En cuanto a la composición, los dos Tobías mismos parecen ser los autores de este libro, ya que en los tres primeros capítulos de los textos griego y siríaco, Tobías habla en primera persona. Esta opinión se funda también en la versión griega que dice en 12, 20 (19): "Escribid en un libro todo lo acaecido". Sin embargo, creen muchos expositores que el libro, tal como hoy se presenta, fue redactado en el tiempo en que el hebreo había dejado de ser lengua del pueblo.
El texto original hebreo o arameo se ha perdido, por lo cual seguimos en esta edición la versión de la hecha por San Jerónimo según el texto arameo. Hemos consultado también la traducción griega, que en general es más larga, especialmente la recensión trasmitida en el Codex Sinaiticus.
El Libro de Tobías es el poema incomparable del feliz hogar cristiano: del viejo hogar de los padres y del nuevo hogar de los hijos. Allí se aprende a practicar las obras de misericordia y se entera de que un Angel presenta a Dios todo lo que hacemos por auténtica caridad.

Libros Historicos - Rut


El libro de Rut es como un suplemento de los Jueces y una introducción a los Reyes. Contiene la encantadora historia de una familia del tiempo de los Jueces. La moabita Rut, peregrina con su suegra Noemí desde el país de Moab a la patria de ésta y se casa con Booz, un rico pariente de su marido. Los dos, Booz y Rut, aparecen en la genealogía de Cristo (Mt. 1, 5).

No se sabe exactamente, cuándo se escribió esta preciosa historia del tiempo de los Jueces, que trata de los antepasados de David. Muy probable es la hipótesis de que fuera escrita en tiempos de éste, y supónese que su autor es aquel que escribió el primer libro de los Reyes, tal vez el profeta Samuel.
Es uno de los libros más breves del Antiguo Testamento, y supone algunas características especiales que lo diferencian de los demás.

Al volver de la cautividad, los judíos en general y el autor del libro en particular se encuentran con Israel dividida ideológicamente en dos tendencias: una de ellas cerrada y exclusivista, que quería mantener la pureza del judaísmo a toda costa, y otra más abierta y universalista que deseaba ampliar el espectro a las naciones vecinas y de ser posible al mundo entero.
El primer grupo quería prohibir hasta los matrimonios mixtos, y los últimos profetas adscribieron a esta teoría y preconizan severamente con las leyes más flexibles de Esdras y Nehemías. Pero el cambio de los tiempos es inexorable y la apertura no puede evitarse: el judaísmo ya no volverá a estar aislado nunca más. A esta corriente pertenece el libro de Rut, al igual que Job y Jonás.

El autor de Rut se preocupa por mostrar la gloria de Dios a través de Rut como modelo de piedad, amabilidad, fidelidad, obediencia, sumisión y coraje; es un ejemplo concreto de todas y cada una de las virtudes del judaísmo. Su suegra Noemí recibirá las bendiciones de Yahvéh a través de ella.
Si bien el libro es bastante liberal y universalista, su sentido último es de equilibrio y compromiso entre las dos corrientes contrapuestas. Si bien es cierto que el judaísmo debe conservar su unidad y pureza doctrinaria, los analistas cristianos afirman que esto está balanceado por la aproximación del Evangelio que viene, en el sentido de que, a partir de aquí, será también misión esencial del pueblo judío preparar la difusión de la verdad entre las demás naciones.

Rut es, como otros libros históricos de la Biblia, una narración histórica cuya finalidad es trazar una parábola moral. Los fines que pretende lograr el autor son éticos y literarios además de históricos.
Los nombres de los personajes encierran significados profundos: Noemí ("mi graciosa"), Mahlón ("languidez"), Quelión ("consunción"), Orfa ("la que vuelve la espalda") y finalmente Rut ("la compañera"). 

Todo esto apoya y ayuda a la narración, aunque es posible que algunos sentidos ocultos escapen hoy en día al lector moderno.

Es definitivamente un relato de fe, amor y evidentemente con una gran tipología Mesiánica

domingo, 16 de octubre de 2011

Libros Historicos - Jueces


El Libro de los Jueces contiene la historia del periodo transcurrido entre la muerte de Josué y la judicatura de Samuel, o sea, hasta la implantación de la monarquía.
Llámase Libro de los Jueces porque sus protagonistas desempeñaban el cargo de jueces, que era idéntico con el cargo de gobernar y reinar, pues en todo el Antiguo Testamento juzgar es sinónimo de reinar. Fueron en realidad los caudillos del pueblo de Israel en el periodo indicado.
Dios solía llamarlos directamente en tiempos de suma necesidad, para que librasen a su pueblo de sus opresores. Una vez oprimidos los enemigos, seguían desempeñando, por regla general, las funciones de gobernantes, sea en su tribu, sea en todo el pueblo. Por eso, antes de formular juicio u opinión sobre la conducta de los Jueces de Israel, debemos tener muy presente que éstos fueron puestos por Dios, como se ve en el discurso de San Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia (Hch. 13, 20), a fin de abstenernos de condenar lo que el mismo Dios dispuso.
El Libro de los Jueces se divide en tres partes. En la primera (1, 1-3, 6) se describe la situación política y religiosa que reinaba inmediatamente antes del periodo de los Jueces; la segunda parte (3, 7-16, 31) contiene la historia de los Jueces; la tercera (17-21) narra dos episodios que se refieren a la idolatría de los danitas y la corrupción de los benjaminitas, y que dan saludable idea de los extravíos de que somos capaces los hombres si nos guiamos por nuestros propios impulsos.
No conocemos el nombre del autor del libro. En general se cree que el profeta Samuel le dio la forma literaria que hoy tiene.
No es difícil establecer el tiempo de su composición. El autor da por supuesto el comienzo de la monarquía en Israel, la cual es considerada como un gran beneficio para el pueblo y goza todavía de gran prestigio. Todo esto prueba que el libro fue redactado en los primeros años del reinado de Saúl.
La enseñanza especial que deducimos del libro de los Jueces es demostrar que Dios siempre castiga a su pueblo cuando éste se aparta de su Ley, pero le suscita un libertador cada vez que se convierte o pide auxilio a su Dios.
No se ha aclarado aún la cronología del libro. Si sumamos los años atribuidos a cada Juez, salen como resultado 410 años. Ahora bien, todos los acontecimientos transcurridos entre el Exodo de Egipto y el comienzo de la edificación del Templo bajo Salomón abarcan 480 años. Si de esos 480 años se quitan los 410 de los Jueces, quedan para los demás acontecimientos sólo 70 años, lo cual es imposible. La solución de esta dificultad consiste en admitir que algunos de los Jueces reinaron simultáneamente en diversas regiones del país.

Libros Historicos - Judit


El libro de Judit tiene por objeto confortar a los israelitas, dándoles a conocer en un hecho histórico la milagrosa ayuda que Dios presta a su pueblo.
Judit, una viuda de la tribu de Simeón, que habitaba en la ciudad de Betulia, sitiada por el general asirio Holofernes, habiendo oído que los magistrados iban a entregar la ciudad al enemigo, promete libertar a su pueblo. Vístese con sus mejores galas, y acompañada de una sirvienta, sale en dirección al campo de los asirios. Conducida a la presencia de Holofernes, logra ganar su simpatía y engañarlo de tal manera que la invita a un festín. Llegada la noche, Judit le corta la cabeza, vuélvese a Betulia y cuelga la cabeza de Holofernes de la muralla de la ciudad. Los asirios al ver el cadáver ensangrentado de su general emprenden la fuga.
La historicidad de estos hechos ha sido atacada por muchos, entre los que se colocaron también algunos católicos. Hay tres opiniones sobre el carácter histórico o no-histórico de este libro. Unos lo toman en sentido estrictamente histórico, otros le atribuyen carácter didáctico o parenético, y otros mezclan los dos géneros literarios, es decir, consideran el libro como histórico en sentido general, pero no en los detalles. Falta, pues, determinar el carácter literario de este libro, "asunto que debe resolverse en conformidad con la luminosa doctrina expresada en la Encíclica de Pío XII: "Divino Afflante Spiritu" (Nácar-Colunga)".
Para los defensores de la historicidad, la época de los sucesos es aquel triste periodo, en que el rey Manasés fue llevado cautivo a Babilonia (cf. II Par. 33, 11), lo que explica que Judá estaba sin jefe (no existiendo tampoco el reino de Israel) (cf. IV Rey. cap. 17).
También sobre el tiempo de la composición divergen las opiniones entre los exégetas católicos. Parece seguro que fue escrito en tiempo postexílico, o sea, después del cautiverio de Babilonia. Por otra parte, hay que reconocer la frescura del relato y la precisión de los datos genealógicos (1, 8), geográficos (1, 6-8; 2, 12-17; 3, 1-14; 4, 3 y 5), cronológicos (2, 1; 8, 4; 16, 28), históricos (1, 3-10), etc., que su ignorado amor -un judío de Palestina- conocía bien a fondo.
Las versiones, como en el Libro de Tobías, son varias y distintas en los detalles, no existiendo el original, que parece haber sido hebreo o arameo.
En cuanto al contenido moral y espiritual de este sublime Libro, lo entenderá con gran provecho quien lo medite atentamente. No hemos pretendido ciertamente justificar a Dios como si Él necesitara de nuestra defensa. La justificación de Dios está en sus propias palabras, como dice el Profeta David (cf. S. 18, 8-10).

viernes, 14 de octubre de 2011

Libros Historicos - Josue


El Libro de Josué es el sexto libro bíblico del Antiguo Testamento y primero del Nevi'im hebreo. El libro cuenta la historia de la ocupación y genocidio israelita de Canaán.
En las Biblias católicas es el sexto de los Libros históricos y se encuentra ubicado entre el Deuteronomio (último libro del Pentateuco) y Jueces.
El libro de Josué toma su nombre a partir del hombre que sucedió a Moisés como líder de las tribus hebreas. Junto con el Deuteronomio, Jueces, 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes y 2 Reyes, pertenece a una tradición de la historia y la ley judía, llamada deuteronómica, que se comenzó a escribir hacia el 550 a. C. durante el exilio babilónico.
Josué. El libro que lleva el nombre de Josué, el sucesor de Moisés, celebra el asentamiento de las tribus hebreas en la Tierra prometida. Un simple vistazo al conjunto del libro nos hace ver que consta de tres partes: Ø la conquista de Canaán (caps. 1-12), Ø la distribución de los territorios conquistados (caps. 13-21) y Ø la unidad de Israel fundada en la fe (caps. 22-24). Fuente: Instituto Cuadrangular _Calle Colombia-
El Libro de Josué forma un corpus ideológico y conceptual con los libros del Pentateuco: así como el Génesis importa una promesa y los otros cuatro libros de la Torá son los libros de los mandamientos y las leyes, Josué es el libro donde se relatan las realizaciones, en el que Yahvéh se evidencia fiel a Sus promesas, las que cumple acabadamente cuando el pueblo judío lo obedece con docilidad. Josué fue el líder de los judíos sucendiendo a Moisés que ya era muy viejo
Josué es designado por Moisés como su sucesor, con la misión de introducir al pueblo de Israel en la "Tierra Prometida". Se había destacado ya en el libro del Éxodo (Éx. 17:8) por su valor en la batalla contra los Amalecitas. En el libro de los Números (Núm. 13) es uno de los hombres enviados por Moisés a explorar la tierra de Canaán.
El libro narra pormenorizadamente la conquista de la Tierra Prometida (Jos. 1-12) y, a posteriormente, el reparto que su protagonista efectúa entre las distintas tribus (13-21). Siguen a continuación algunos apéndices (22-24) que dan cuenta de la Asamblea de Siquem y de las disposiciones de Josué.
La versión de que disponemos hoy no es la original tal y como fue escrita: una cofradía posterior de escribas hebreos, conocida como Escuela deuteronomista, efectuó numerosas correcciones, introdujo notas geográficas, hizo resúmenes y agregó muchas noticias biográficas y detalles a lo largo de toda la obra. Es evidente que la intención de los deuteronomistas era convertir a Josué en un libro histórico de hecho y por derecho.

Fuente: Aciprensa.com