sábado, 8 de octubre de 2011

Libros Historicos - Ester

El libro es considerado universalmente canónico en su original hebreo, única versión aceptada por los judíos; las adiciones posteriores en griego son consideradas deuterocanónicas para los católicos y ortodoxos, y apócrifas para los protestantes.
Como en muchos otros casos de libros de este período, el autor del Libro de Ester permanece desconocido, aunque la tradición suele atribuirlo al profeta Esdras. Su estilo es moderno (del tiempo de los Macabeos) y un verdadero erudito en los asuntos históricos del pueblo al que pertenece. Está muy bien documentado y no comete errores históricos.
En este libro bíblico se menciona a:


   Asuero

Gran Rey de Persia, unánimemente identificado con el histórico Jerjes I. Este rey gobernaba desde la India hasta Etiopía sobre 127 provincias (Est 1:1). Asuero proclamó reina a Ester en lugar de la reina Vasti, que se había negado a salir para mostrarle su hermosura "a los pueblos y a los príncipes" (Est 1:11) pues la Biblia dice que Vasti "era hermosa de aspecto" (Est 1:11).



era "hijo de Yaír, hijo de Semeí, hijo de Quis, de la tribu de Benjamín" (Est 2:5). La Biblia menciona en Ester 2:7 que "había criado a Hadasá, que es Ester, hija de su tío, porque no tenía padre ni madre; y era moza de hermosa forma y de buen parecer; y como su padre y su madre murieron, Mardoqueo la había tomado por hija suya."



              
      Ester

 era "hija de Abihail, tío de Mardoqueo" (Est 2:15). Habiendo quedado huérfana de sus padres, su primo Mardoqueo la adoptó y crió como si fuera hija suya. Era "moza de hermosa forma y de buen parecer" (Est 2:7). Su nombre hebreo era Hadasá (que significa mirto) pero le fue cambiado a Ester que es de origen babilónico y significa ‘estrella’. Fue proclamada reina en lugar de la reina Vasti pues ganaba "la gracia de todos los que la veían" (Est 2:15).




                         
                    Amán

era "hijo de Hamdathá, del país de Agag" (Est 3:1). El rey Asuero le elevó al poder y le dio un puesto por encima de todos sus otros sevidores. Amán comenzó a odiar a Mardoqueo porque éste no se arrodillaba ni se inclinaba ante él, tal y como "lo había mandado el rey" (Est 3:2). Por eso fue que procuró destruir a los judíos, sin saber (y eso sería la causa final de su perdición) que la propia reina Ester era judía. Amán también es descendiente de Agag, Rey de Amalec, quien fue asesinado por Samuel, quien era sacerdote judío (1 Samuel 15:33). Desde entonces, los descendientes de el Rey Agag se comprometieron en aniquilar a todos los judíos.


El libro de Ester contiene una de las más emocionantes escenas de la Historia Sagrada. Habiendo el rey Asuero (Jerjes) repudiado a la reina Vasti, la judía Ester vino a ser su esposa y reina de Persia. Ella, confiada en Dios y sobreponiéndose a su debilidad, intercedió por su pueblo cuando el primer ministro Amán concibió el proyecto de exterminar a todos los judíos, comenzando por Mardoqueo, padre adoptivo de Ester. En un banquete, Ester descubrió al rey su nacionalidad hebrea y pidió protección para sí y para los suyos contra su perseguidor Amán. El rey concedió lo pedido: Amán fue colgado en el mismo patíbulo que había preparado para Mardoqueo, y el pueblo judío fue autorizado a vengarse de sus enemigos el mismo día en que según el edicto de Amán, debía ser aniquilado en el reino de los persas. En memoria de este feliz acontecimiento los judíos instituyeron la fiesta de Purim (Fiesta de las Suertes).
El texto masorético que hoy tenemos en la Biblia hebrea, sólo contiene 10 capítulos, y es más corto que el originario, debido a que la Sinagoga omitió ciertos pasajes religiosos, cuando la fiesta de Purim, en que se leía este libro al pueblo, tomó carácter mundano. San Jerónimo añadió los últimos capítulos (10, 4-16, 24), que contienen los trozos que se encuentran en la versión griega de Teodoción, pero faltan en la forma actual del texto hebreo.
El carácter histórico del libro siempre ha sido reconocido, tanto por la tradición judaica, como por la cristiana. Un hecho manifiesto nos muestra la historicidad del libro, y es la existencia de la mencionada fiesta de Purim, que los judíos celebran aún en nuestros días. Sin embargo, han surgido no pocos exégetas, sobre todo acatólicos, que relegan el libro de Ester a la categoría de los libros didácticos o le atribuyen solamente un carácter histórico en sentido lato. Es éste un punto que debe estudiarse a la luz de las normas trazadas en la Encíclica "Divino Afflante Spiritu". Hasta aclararse la cuestión damos preferencia a la opinión tradicional.
En cuanto al tiempo de la composición se deciden algunos por la época de Jerjes I (485-465 a. C.), otros por el tiempo de los Macabeos.
La canonicidad del libro de Ester está bien asegurada. El Concilio de Trento ha definido también la canonicidad de la segunda parte del libro de Ester (cap. 10, vers. 4 al cap. 16, vers. 24), mientras los judíos y protestantes conservan solamente la primera parte en su canon de libros sagrados.
Los santos Padres ven en Ester, que intercedió por su pueblo, una figura de la Santísima Virgen María, auxilium christianorum. Lo que Ester fue para su pueblo por disposición de Dios, lo es María para el pueblo cristiano.

Fuente: http://es.wikipedia.org

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