Hoy a las
20 horas Benedicto XVI deja de ser papa. El programa que le espera es intenso.
Por la mañana saludará a los cardenales, uno por uno, en la Sala Clementina del
Vaticano. “Solamente en ese momento sabremos cuántos cardenales han llegado a
Roma”, dijo ayer el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi. Y precisó
que en la audiencia general en la plaza de San Pedro estaban al menos unos 70
purpurados. Indicó que hoy en esta despedida no se espera un discurso del papa
sino algunas pocas palabras improvisadas que serán transmitidas junto al
besamanos, todo en televisión en directo.
Siempre
hoy será sellados el apartamento pontificio, como indica la constitución Universi
Dominici Gregis, la ley sobre el final de un pontificado.
Dicho
documento fue actualizado por el papa el lunes pasado, con algunas precisiones,
entre ellas que la comisión de cardenales que se reúne durante la sede vacante
puede adelantar el cónclave. Antes de la modificación los cardenales podían
interpretar la ley y adelantar la elección, ahora en cambio es la misma
constitución la que lo permite sin necesidad de interpretación alguna.
Por la
tarde, a las 16,45 Benedicto XVI bajará al patio de San Damián en El Vaticano.
Allí saludará a algunas otras autoridades y a sus estrechos colaboradores que
trabajan en la Secretaría de Estado. Un piquete de la Guardia Suiza le rendirá
los honores.
En
automóvil le llevarán al helipuerto, situado a unos 800 metros de distancia, en
la parte alta de la colina vaticana --una de las elevaciones que forman la
ciudad de Roma- amurallada en la que se sitúa esta Ciudad, corazón de la
catolicidad.
Últimos
saludos y de allí volará aproximadamente a las 17 horas locales, en helicóptero
a Castel Gandolfo, la residencia pontificia de verano situada a 20 kilómetros
de Roma, o sea a unos 15 minutos de vuelo. Benedicto XVI se quedará allí un par
de meses, pues no quiere con su presencia en el Vaticano influenciar a los
cardenales que participarán en el cónclave.
Solamente
pasado este tiempo, regresará al monasterio Mater Ecclesiae, situado en
el interior de las murallas. (El lugar del retiro del papa en el Vaticano).
Siempre
hoy por la tarde, a su llegada a Castel Gandolfo, el papa será recibido por la
autoridades locales de la ciudad y por el obispo de la díocesis, Marcello
Semeraro. Poco después saldrá al balcón de Castel Gandolfo --aproximadamente a
las 17,30- para saludar a la población local.
A las 20
horas, en la tranquilidad de Castel Gandolfo, Benedicto XVI dejará de ser papa.
Desde este momento se llamará "santidad Benedicto XVI" y usará habito
talar blanco, o sea sotana blanca, sin la esclavina o pequeña capa que cubre
los hombros y que caracteriza al pontífice que pastorea la Diócesis de Roma y
es "primus inter paris" de la Iglesia católica.
Benedicto
XVI será papa emérito, el cardenal camarlengo Tarcisio Bertone romperá el
anillo del Pescador y el sello de plomo. La Guardia Suiza --la guardia personal
del pontífice- cerrará las puertas del castillo de Castel Gandolfo y dejará de
ejercer sus funciones en este tiempo en la residencia temporal de Benedicto
XVI, pues ya no hay papa a quien custodiar. Entrará en función la Gendarmería
del Vaticano, su servicio de vigilancia.
La
Iglesia habrá entrado en sede vacante.
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