Extractos
del documento escrito por el Pbro. Dr. Eduardo Volpacchio
Este
artículo es una respuesta para aquellos que desean encontrar el sentido de la
Santa Misa, y un estímulo para quienes la Eucaristía es el centro de su vida
espiritual.
¿Para quién son estas líneas?
Posiblemente
usted pertenece a una de estas tres categorías de personas:
a.
Católico que iba a Misa con sus padres
cuando era chico y un día durante la adolescencia dejó de ir.
b.
Católico que nunca fue a Misa de modo
constante. Quizá ni siquiera sabía de la obligación de asistir todos los
domingos. Le parece hasta curioso o exagerado que la Iglesia pretenda esa
práctica para todos.
c.
Católico que va a Misa y, siguiendo el
llamado del Papa, quiere ayudar a muchos a volver a sentir la necesidad de esta
práctica tan esencial de la vida cristiana. Es consciente de que si cada
católico consiguiera por año que un católico no practicante volviera a la
práctica de los Sacramentos, haríamos una verdadera revolución en la Iglesia.
Los motivos básicos para ir a Misa
Sentando
la base de que casi siempre el comenzar a faltar a Misa el domingo responde a
una actitud caprichosa, a la que es muy difícil refutar -precisamente por su
falta de racionalidad- describo unas consideraciones sobre el precepto
dominical y la importancia de la Misa en la vida de un cristiano.
1.
Primariamente hay que considerar que a
Misa se va a dar, no a recibir: Se recibe mucho, pero no se va por
motivos egoístas, ni comerciales una especie de intercambio con Dios: mi
atención y dedicación de tiempo a cambio de ciertos gustos, bienes, ya sea
espirituales o materiales, temporales o eternos. Este primer punto desvaloriza
de raíz todos los motivos para no ir basados en una línea egoísta de
pensamiento: me aburro, no siento nada, no tengo tiempo, estoy cansado, etc.
2.
Porque Dios es su Creador y debe
dedicarle un tiempo semanal a El: Es la manifestación de vivir centrado
en Dios y en la salvación: vivir el año centrado en la Pascua; la semana, en el
domingo; el domingo, en la Misa. No importa cuánto se aburra, su Creador ha
dispuesto que un día de la semana sea para El: "Acuérdate de santificar el
día sábado. Los seis días de la semana trabajarás y harás todas tus labores.
Mas el séptimo es sábado, consagrado al Señor tu Dios" (Éxodo 20,8-10).
3.
Porque como miembro de la familia de
Dios, se debe rendir culto a Dios de acuerdo a su naturaleza, junto a sus
hermanos:
Esto exige que el culto a Dios no sólo sea interior sino también exterior (que
los demás vean su fe) y comunitario (dar culto unido a sus hermanos). Es decir,
que se reúna con otros para adorar juntos a Dios.
4.
Porque hay que obedecer a la Iglesia:
No es cuestión de un capricho del Papa, sino de una necesidad. En el siglo IV,
la Iglesia se vio obligada a imponer este precepto para garantizar a sus fieles
el mínimo de vida eucarística que necesitan.
5.
Porque si no se va. Se comete un pecado
mortal:
Hay un precepto que obliga a los bautizados a asistir a Misa los domingos y
fiestas. Es una obligación grave, de manera que su incumplimiento es una falta
grave.
6.
Porque necesita de la Eucaristía para
vivir una vida realmente cristiana: Es una necesidad
vital, de manera que sin la Eucaristía semanal, no te darían las fuerzas
espirituales para vivir como un hijo de Dios.
7.
Porque sin la Eucaristía no tendría
acceso a la vida eterna: Jesús no dejó lugar a dudas: "Yo
soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para
siempre"; "en verdad os digo, si no coméis la carne del Hijo de Dios
y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros"; "el que come mi
cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna" (cfr. Juan 6,30-58)
8.
Porque Jesús le invita a su mesa y
sacrificio:
El lo mandó explícitamente a sus discípulos al instituir la Eucaristía:
"Haced esto en memoria mía". Asistir a Misa no es más que cumplir
este mandato del Señor. Y no es sólo una memoria histórica, es una memoria que
lo hace presente.
9.
Porque viviendo en una sociedad que en
muchos aspectos no es cristiana, la Misa es la primera manera de defender,
robustecer y manifestar nuestra fe: Es necesaria para
"proteger" tu espíritu del materialismo sofocante que nos rodea: que
tu espíritu pueda al menos una vez a la semana "respirar" un aire
espiritual. Además es el primer testimonio cristiano: los demás necesitan tu
ejemplo. ¿Te das cuenta qué testimonio de fe da a los que no creen… quien dice
creer y muestra no valorar lo que cree?
10. Porque
es mucho mejor ir que no ir: Puede parecer tonto… pero para quien
aspira a lo mejor… alcanzaría solo este motivo. Yo no creo que haya un plan más
santo y santificante para el domingo.
Excusas comunes para no ir a Misa
1.
Pereza: "Prefiero
quedarme durmiendo". En realidad los motivos que siguen son sólo excusas
para cubrir este primero. No parece que sea un motivo muy racional, meritorio o
valioso.
2.
No tengo ganas/No me nace:
¿Desde cuándo las ganas son ley que hay que obedecer? ¿Es que las ganas son más
importantes que la voluntad de Dios? Además a Misa no se va porque nos guste,
sino para agradar a Dios. Se va a Misa a honrar a Dios y no a honrarse a sí
mismo.
3.
Me aburro: La acusación más
frecuente contra la Misa es que es aburrida. Refleja bastante superficialidad,
ya que a Misa no vamos para divertirnos… Y es un problema personal, en cuanto
que no parece que Dios sea aburrido -es la perfección absoluta-. Además si
tanta gente va a Misa con gusto, algunos incluso todos los días… será que algo
le ven.
4.
Es siempre lo mismo: Si
se tratara de una obra de teatro o de una película, estaría absolutamente de
acuerdo. Pero no es una representación teatral… Es algo vivo, que pasa ahora.
No se es un espectador. Se es partícipe y actor.
5.
Desinterés: Las cosas de Dios no
me interesan. Si Dios le resbala, está en problemas. Habrá que ver cómo
solucionar la falta de apetencia de lo divino.
6.
No tengo tiempo:
No parece que lo que le pide Dios (1 de las 168 horas de la semana) sea una
pretensión excesiva. En concreto, quien os ha creado, os mantiene en el ser y
os da lo que os queda de vida.
7.
Otros planes mejores:
No parece que a Dios le interese competir con el fútbol, hockey, cine… No se
olvide que el primer mandamiento es "amar a Dios sobre todas las
cosas"… Si tiene otros planes que le importan más que Dios… quizá el
problema más que en el tercer mandamiento está antes en el primero…
8.
Tengo dudas de fe: La
fe es un don de Dios, el cual hay que pedirlo. Alejarse de Dios dejando de ir a
Misa, no parece el mejor método para resolver dudas. La frecuencia de
sacramentos confesión y comunión es la más efectiva manera de aumentar la fe.
9.
Estoy peleado con Dios:
"Hubo algo que pasó en mi vida (la muerte de un ser muy querido, un
fracaso muy doloroso, una enfermedad… o cualquier otra tragedia) que me hizo
enojar con Dios: si El me hace esto… ¿por qué yo voy a ir a Misa? Es la manera
de mostrarle a Dios mi disconformidad con la forma de tratarme". Hay
quienes dejan de ir a Misa como una manera de vengarse de Dios. Pero, en los
momentos de dolor ¿no será mejor refugiarnos en Dios y buscar su fortaleza más
que reaccionar como un chiquito caprichoso de tres años?
10. "Hay
gente que va y después se porta mal": "Yo no quiero
ser como ellos". "Además, hay otros que no van, y son buenos".
Es evidente que ir a Misa sólo no basta. Pero, no se puede mezclar la física
nuclear con el dulce de leche, ya que las dos cosas no tienen nada que ver.
11. No
me he confesado y entonces no puedo comulgar: No es necesario
comulgar, ni hay ninguna obligación de hacerlo. No comulgar no es pecado; no ir
a Misa, sí. Además el problema se solucionaría bastante fácilmente con una
breve confesión…
12. Llevarle
la contraria a mis padres: Ofender a Dios para hacer sufrir a tus
padres no parece una actitud muy inteligente…
13. El
cura me cae mal: No se va a Misa para darle gusto al padre, ni para
hacerle un favor. El no gana ni pierde nada con su asistencia o ausencia. El
que gana o pierde, es usted. Además… estoy seguro de que la ciudad en que vive
es lo suficientemente grande como para que pueda encontrar alguno que le caiga
más simpático...
Fuente: http://www.lafamilia.info/
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