Vicente Balaguer

La exégesis moderna, con un estudio muy detallista de los textos evangélicos, ha explicado de manera más pormenorizada este proceso de composición. El Señor Jesús no envió a sus discípulos a escribir sino a predicar el evangelio. Los Apóstoles y la comunidad apostólica lo hicieron así, y, para facilitar la labor evangelizadora, pusieron parte de esta enseñanza por escrito. Finalmente, en el momento en que los apóstoles y los de su generación empezaban a desaparecer, “los autores sagrados escribieron los cuatro evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de palabra o por escrito, sintetizando otras, o desarrollándolas atendiendo a la condición de las Iglesias” (Dei Verbum, n. 19).
Por tanto, puede concluirse que los cuatro evangelios son fieles a la predicación de los Apóstoles sobre Jesús y que la predicación de los Apóstoles sobre Jesús es fiel a lo que hizo y dijo Jesús. Este es el camino por el que podemos decir que los evangelios son fieles a Jesús. De hecho, los nombres que los antiguos escritos cristianos dan a estos textos —“Recuerdos de los Apóstoles”, “Comentarios, Palabras sobre (de) el Señor” (cfr San Justino, Apología, 1,66; Diálogo con Trifón, 100)— orientan hacia este significado. Con los escritos evangélicos accedemos a lo que los apóstoles predicaban sobre Jesucristo.
Bibliografía: G. Segalla, Panoramas del Nuevo Testamento, Verbo Divino, Estella 2004; P. Grelot, Los evangelios, Verbo Divino, Estella 1984; R. Brown, Introducción al Nuevo Testamento, Trotta, Madrid 2002; V. Balaguer (ed), Comprender los evangelios, Eunsa, Pamplona 2005; M. Hengel, The four Gospels and the one Gospel of Jesus Christ : an investigation of the collection and origin of the Canonical Gospels, Trinity Press International, Harrisburg 2000.
Tomado de:
http://www.opusdei.es/art.php?p=15308
http://www.opusdei.es/art.php?p=15308
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