lunes, 29 de octubre de 2012

Los Siete Sacramentos en la Biblia

                                     UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

 

Mc. 6, 5
“Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos.”

Mc. 6, 12-13
“Y, yéndose de allí, predicaron que se convirtieran; expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.”

Lc. 13, 12-13
“Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.» Y le impuso las manos. Y al instante se enderezó, y glorificaba a Dios.”

Hch. 9, 17-18
“Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl, hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.» Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la vista; se levantó y fue bautizado.”

1 Cor. 12, 9
“a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu;”

1 Cor. 12, 30
“¿Todos con carisma de curaciones? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?”

Sgo. 5, 14-15
“¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados.”

domingo, 28 de octubre de 2012

Los Siete Sacramentos en la Biblia



                                           RECONCILIACIÓN


Mt. 16, 19
“A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la Tierra quedará atado en los Cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los Cielos.”

Mt. 18, 18
“Yo os aseguro: todo lo que atéis en la Tierra quedará atado en el Cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el Cielo.”

Lc. 15, 18-19
“Me levantaré, iré a mi padre y le diré: «Padre, pequé contra el Cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.»”

Jn. 20, 21-23
“Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»”

Hch. 19, 18
“Muchos de los que habían creído venían a confesar y declarar sus prácticas.”

1 Cor. 5, 3-5
“Pues bien, yo por mi parte corporalmente ausente, pero presente en espíritu, he juzgado ya, como si me hallara presente, al que así obró: que en nombre del Señor Jesús, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de Jesús Señor nuestro, sea entregado ese individuo a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu se salve en el Día del Señor.”

2 Cor. 2, 6-11
“Bastante es para ese tal el castigo infligido por la comunidad, por lo que es mejor, por el contrario, que le perdonéis y le animéis no sea que se vea ése hundido en una excesiva tristeza. Os suplico, pues, que reavivéis la caridad para con él. Pues también os escribí con la intención de probaros y ver si vuestra obediencia era perfecta.
Y a quien vosotros perdonéis, también yo le perdono. Pues lo que yo perdoné -si algo he perdonado- fue por vosotros en presencia de Cristo, para que no seamos engañados por Satanás, pues no ignoramos sus propósitos.”

2 Cor. 5, 18-20
“Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.

Sgo. 5, 16
“Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.”

1 Jn. 1, 8-9
“Si decimos: «No tenemos pecado», nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y justo es Él para perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia.”

viernes, 26 de octubre de 2012

Los Siete Sacramentos en la Biblia

                                                   EUCARISTÍA

 

Mt. 26, 26-28
“Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados.»”

Mc. 14, 22-24
“Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, y dijo: «Tomad, este es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.»”

Lc. 22, 19-20
“Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros.»”

Jn. 6, 30-35
“Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: «Pan del cielo les dio a comer.» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo.» Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» Les dijo Jesús: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.»”

Jn. 6, 48-58
“«Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.»”

1 Cor. 10, 16
“La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.”

1 Cor. 11, 23-29
“Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.»
Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío.» Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo.”

martes, 23 de octubre de 2012

Los Siete Sacramentos en la Biblia

                                          CONFIRMACIÓN

 

Sab. 9, 17
“Y ¿quién habría conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la Sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu espíritu santo?”

Hch. 8, 14-17
“Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.”

Hch. 13, 2-3
“Mientras estaban celebrando el culto del Señor y ayunando, dijo el Espíritu Santo: «Separadme ya a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.» Entonces, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y les enviaron.”

Hch. 19, 1-6
“Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo atravesó las regiones altas y llegó a Éfeso donde encontró algunos discípulos; les preguntó: «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando abrazasteis la fe?» Ellos contestaron: «Pero si nosotros no hemos oído decir siquiera que exista el Espíritu Santo.» Él replicó: «¿Pues qué bautismo habéis recibido?». «El bautismo de Juan», respondieron. Pablo añadió: «Juan bautizó con un bautismo de conversión, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, o sea en Jesús.» Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y, habiéndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar.”

2 Cor. 1, 21-22
“Y es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungió, y el que nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu en nuestros corazones.”

Ef. 1, 13
“En Él también vosotros, tras haber oído la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvación, y creído también en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa,”

Heb. 6, 1-2
“Por eso, dejando aparte la enseñanza elemental acerca de Cristo, elevémosnos a lo perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y de la fe en Dios; de la instrucción sobre los bautismos y de la imposición de las manos; de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.”

lunes, 22 de octubre de 2012

Los Siete Sacramentos en la Biblia



                                                              BAUTISMO

Mt. 28, 19
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,”

Mc. 16, 16
“El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.”

Jn. 3, 5
“Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.»”

Hch. 2, 38
“Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;»”

Hch. 16, 15
“Cuando ella y los de su casa recibieron el bautismo, suplicó: «Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid y quedaos en mi casa.» Y nos obligó a ir.”

Hch. 16, 33
“En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y les lavó las heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos los suyos.”

Hch. 22, 16
“Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre.”

Rom. 5, 3-4
“¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte?”

1 Cor. 1, 13-16
“¿Esta dividido Cristo? ¿Acaso fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O habéis sido bautizados en el nombre de Pablo? ¡Doy gracias a Dios por no haber bautizado a ninguno de vosotros fuera de Crispo y Gayo! Así, nadie puede decir que habéis sido bautizados en mi nombre. ¡Ah, sí!, también bauticé a la familia de Estéfanas. Por lo demás, no creo haber bautizado a ningún otro.

1 Cor. 6, 11
“Y tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habéis sido lavados, habéis sido santificados, habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.”

Col. 2, 12
“Sepultados con Él en el bautismo, con Él también habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que resucitó de entre los muertos.”

Tit. 3, 5
“Él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo,”

1 Pe 3, 21
“a ésta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurrección de Jesucristo,”

Fuente:http://www.apologeticacatolica.org

 

viernes, 12 de octubre de 2012

¿PORQUÉ 7 SACRAMENTOS?


Porque 7 son las etapas de la vida. Hay una gran semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida sobrenatural" Lee: Catecismo de la Iglesia Católica (CIC n. 1210).

1. En la vida natural hay que nacer.
En la vida sobrenatural hay que nacer del agua y del espíritu. Lee: Juan 3,5. Nuestra madre la Iglesia nos engendra por el Bautismo.

2. En la vida natural hay que crecer y dar fruto.
En la vida sobrenatural la Confirmación lleva a su desarrollo y hace fructificar esa vida recibida en el Bautismo. Lee: Juan 15,16.

3. Para vivir es necesario alimentarnos.
En la Eucaristía Cristo, el Pan de Vida, nos nutre con su cuerpo y su sangre. Lee: Lucas 22, 19.

4. En la vida natural enfermamos y necesitamos medicina para recuperar la salud.
En la vida sobrenatural Jesucristo, médico de las almas (Lee: Mateo 9,12), nos ofrece el sacramento de la Reconciliación para sanar las heridas del pecado: Lee: CIC n.1421.

5. En la vida natural buscamos formar un hogar.
En la vida sobrenatural Cristo quiere que los esposos se amen como El ama a su Iglesia (Lee: Efesios 5,25): para eso instituyó el Matrimonio.

6. En la vida natural necesitamos de una autoridad que ordene la vida social.
En la vida sobrenatural el Reino de Cristo en este mundo exige una autoridad, unos pastores que apacienten las ovejas de Cristo, para ello Cristo instituyó el Sacerdocio.

7. La vida natural llega a su ocaso y morimos.
La Unción de los Enfermos nos conforma con la muerte y resurrección de Cristo: Lee: CIC n. 1523.

¿BASTA SÓLO EL BAUTISMO?
¿QUIÉN INVENTÓ EL ARCO IRIS?
En efecto, Cristo dijo: "Quien no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios". Juan 3,5. Pero Jesucristo nunca dijo: "Basta tan sólo nacer del agua y del Espíritu para entrar en el Reino de Dios". Y ¡claro! ¿cómo iba a bastar? Aquél que es la Vida verdadera ¿cómo nos iba a dar la vida a medias? Si la vida natural tiene siete etapas ¿por qué Cristo iba a hacer la vida sobrenatural menos perfecta? Algunos cristianos objetan: "Yo no veo los siete sacramentos en la Biblia, para mí son un invento de la Iglesia Católica".
¡Claro que no los ves! De la misma manera que tú no ves los siete colores del arco iris si no tienes un prisma. Nosotros sí los vemos porque tenemos un prisma que es la Iglesia. El prisma no inventa los colores de la luz, simplemente los separa y distingue para que tu ojo los pueda percibir con claridad y nitidez. Lo mismo la Iglesia, ella no inventa los sacramentos, simplemente nos ayuda a distinguir con claridad lo que la Biblia enseña.
Sin el prisma yo no podría distinguir los siete colores en un rayo de luz. Sin la Iglesia yo no puedo percibir los siete sacramentos contenidos en la luz de la Palabra Divina.

Fuente:Encuentra.com

miércoles, 10 de octubre de 2012

Los 7 Sacramentos



Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brota del trono del Cordero" Apocalipsis 22,1

¡JESUS SALVA!

¿BASTA ACEPTAR A CRISTO COMO NUESTRO ÚNICO SALVADOR?
Si hay una verdad en la que todos los cristianos estemos de acuerdo esta es: Jesucristo es nuestro único Salvador. Porque como dice S. Pedro: "No hay otro nombre por el cual podamos ser salvos." Hechos 4,12.
Si es importante saber que Jesús salva, no lo es menos saber ¿COMO SALVA JESUS? En efecto, supón tú que el avión en el que viajas se está quemando. Este avión lleva paracaídas para que puedas salvar tu vida, pero si tú saltas sin paracaídas, o te niegas a usarlo, tú no te salvas.
Yahvé salvó a Noé y su familia del diluvio, pero los salvó por medio del arca que Él les mandó construir.
Lo mismo pasa con Jesús: Él es nuestro único Salvador, pero si yo no uso los medios que Él me da para salvarme, no me salvo.
Lee el pasaje de las diez vírgenes en Mateo 25, 1. Las diez sabían que Jesús era su Señor y Salvador. Las diez esperaban que Jesús las dejaría entrar al Reino, todas ellas sabían lo mismo, todas ellas creían lo mismo, pero sólo cinco se salvaron: las prudentes. Sólo ellas hicieron aquello que Jesús quería: mantener la luz del alma encendida (Lee: Juan 11,9-10). Y cuando llegó el Señor sólo ellas entraron en el Reino. Después llegaron las 5 imprudentes, reconocieron a Jesús como su Señor y así le llaman: "Señor, Señor, ábrenos", pero El les respondió: "No os conozco". ¿Por qué? Porque sabían que Jesús, su Señor salvaba, pero no hicieron lo que Jesús, su Señor y Salvador mandaba.
Lo mismo pasa con Jesús: Él es nuestro único Salvador, pero si yo no uso los medios que Él me da para salvarme, no me salvo.

¿CÓMO NOS SALVA JESÚS?
¿CÓMO NOS COMUNICA LA VIDA?
Jesús nos salva comunicándonos su misma vida. El mismo dijo: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia". Esa vida por ser divina y totalmente gratuita la llamamos vida de gracia o vida sobrenatural. Cuando yo vivo en gracia la lámpara de mi alma está encendida, brilla en mí la luz de Cristo; cuando yo vivo en pecado mortal mi lámpara está apagada, vivo yo en tinieblas.
Esta vida sobrenatural se me comunica a través de los siete sacramentos.
El Papa nos enseña: "Cuando recibimos los sacramentos recibimos la vida de Jesús, vivimos la vida divina, nos asemejamos a Jesús. Es Cristo mismo, con su fuerza, mediante el Espíritu Santo que obra en nosotros esa semejanza." Juan Pablo II a los niños. 22/01/84.

LA IGLESIA NOS ENSEÑA
Adheridos a las doctrinas de las Santas Escrituras, a las tradiciones apostólicas y al sentimiento unánime de los Padres, profesamos que "los sacramentos de la Nueva Ley fueron todos instituídos por nuestro Señor Jesucristo" CIC n.1114 ss.
Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en definitiva, a dar culto a Dios, pero como signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que a la vez la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y cosas; por esto se llaman sacramentos de la fe. Confieren ciertamente la gracia, pero también la celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir con fruto la misma gracia, rendir el culto a Dios y practicar la caridad.
Por consiguiente, es de suma importancia que los fieles comprendan fácilmente los signos sacramentales y reciban con mayor frecuencia posible aquellos sacramentos que han sido instituídos para alimentar la vida cristiana. "Sacrosantum Concilium" # 59. Estudia CIC (Catecismo de la Iglesia) 1122 ss.

Fuente: Encuentra.com





lunes, 8 de octubre de 2012

¿Que son los sacramentos?



Por P. Jorge Loring

Tomado de Encuentra.com

Los sacramentos son ritos, ceremonias sagradas (que incluyen palabra y acción) instituidos por Jesucristo , que dan vida sobrenatural al alma.

¿Qué son los sacramentos?

95.- El pecado original es el pecado que cometieron nuestros primeros padres, y que heredamos al nacer todos menos la Santísima Virgen.

95,1. La Santísima Virgen es la única que ha sido concebida sin pecado original. Esto es lo que queremos decir al invocarla con el título de Inmaculada Concepción . Dios le concedió este privilegio en atención a que iba a ser Madre de Jesucristo.

96.- El pecado original se lava con el sacramento del bautismo.

96,1. El sacramento del bautismo, al lavarnos el pecado original, infunde en nuestra alma la gracia santificante y nos hace miembros de la Iglesia, hijos de Dios y herederos del cielo .
En el mundo hay muchos paganos sin bautizar. Por eso, los misioneros dejando familia, patria y todo, se van a lejanas tierras para instruirlos, bautizarlos y hacerlos hijos de Dios.
Jesús dijo a los apóstoles: Seréis mis testigos hasta los confines de la tierra .
Podemos y debemos ayudar a la obra de los misioneros con nuestras oraciones, nuestros sacrificios y nuestras limosnas. Tenemos obligación de esto, pero según las posibilidades de cada uno.

Las Obras Misionales Pontificias mantienen en el Tercer Mundo:
Setecientas setenta y cuatro leproserías.
Cinco mil Hospitales.
Siete mil Orfanatos.
Ocho mil Dispensarios.
Nueve mil Asilos.

Y educan en el Tercer Mundo a un millón de universitarios, a seis millones de alumnos de Enseñanza Media y a quince millones en la Enseñanza Primaria .

Para mantener todo esto hace falta mucho dinero, y muchos misioneros y misioneras. España es el país del mundo que tiene más misioneros: 25.000 .

A veces se oye decir: Dejaos de ir a las misiones. Primero instalemos bien la Iglesia aquí . Esto es no entender la catolicidad de la Iglesia. La Iglesia es católica, es decir, universal. Tiene que instalarse en la humanidad entera. No puede limitarse a un pueblo o a una raza. Su caridad universal se extiende a todos sin distinción. Lo mismo a los pueblos en decadencia, que a los de brillante porvenir.
Donde haya un alma, allí está la Iglesia. Las misiones son una actualización de la catolicidad de la Iglesia.
Dijo el Papa Juan Pablo II : ¿Al afirmar que la Iglesia es católica, queremos decir que es evangelizadora, misionera y apostólica; si no tuviera estas características no sería la verdadera Iglesia de Jesucristo?.
96,2. Los sacramentos son ritos, ceremonias sagradas (que incluyen palabra y acción), instituidos por Jesucristo , que, si se reciben con buenas disposiciones, dan vida sobrenatural al alma, es decir, nos dan la gracia santificante , o nos la aumentan cuando ya estamos en gracia . Son siete: bautismo, confirmación, penitencia (confesión), eucaristía, unción de los enfermos, orden sacerdotal y matrimonio. El Concilio de Trento definió que los siete sacramentos fueron instituidos por Jesucristo(931).

El Evangelio nos habla de la institución de cinco sacramentos:
bautismo , eucaristía , penitencia , orden sacerdotal y matrimonio .
De la confirmación y de la unción de los enfermos no habla el Evangelio, pero nos dice el Nuevo Testamento que existían en tiempo de los Apóstoles; por lo tanto, tuvieron que ser instituidos por Jesucristo como los anteriores. De la confirmación se nos habla en los Hechos de los Apóstoles . Y de la extremaunción en la Epístola de Santiago . También se habla de la institución del sacerdocio en los Hechos de los Apóstoles , y del matrimonio en San Pablo .
Hay tres sacramentos que imprimen carácter . Carácter significa en griego sello imborrable . Estos sacramentos imprimen un sello indeleble. Es decir, ponen un sello espiritual en el alma que no se borra jamás . Por eso sólo se pueden recibir una vez . No se pueden repetir. Son: bautismo, confirmación y orden sacerdotal. Es de fe que el bautismo, la confirmación y el orden sacerdotal imprimen carácter .
Los sacramentos son fundamentalmente acciones de Cristo : Cuando Pedro bautiza es Cristo quien bautiza . La gracia sacramental no depende de la santidad del ministro, sino de Cristo que actúa por medio de él .
Al celebrar un sacramento, el ministro ha de tener la intención de realizar la acción sacramental que Cristo confió a su Iglesia. Sin embargo, el poder santificador de los sacramentos no depende ni de la fe, ni de la santidad de los ministros, porque cuando alguien bautiza o perdona, es le mismo Cristo quien bautiza o perdona .
Las condiciones de validez y licitud de cada sacramento compete a la Iglesia determinarlo, pues a ella confió Cristo esta misión . Cada sacramento añade una gracia específica a la gracia ordinaria.
No es una diferencia entitativa, sino moral: según los fines de cada sacramento .

97.- Es obligatorio recibir el bautismo, la confesión y la comunión; pero, además, deben recibir el matrimonio los que quieran casarse, y todos la unción de los enfermos en la hora de la muerte.

97,1. La confirmación no es absolutamente obligatoria para salvarse, pero todos los que aún no la hayan recibido deben recibirla, si se les presenta la ocasión oportuna , pues ayuda a conseguir con mayor facilidad la salvación eterna.

El sacramento del orden es sólo para los que quieran hacerse sacerdotes.

El matrimonio y el orden sacerdotal son sacramentos de estado. Lo cual significa que ambos sacramentos no se reciben tanto con vistas a la salvación individual, como para ocupar un determinado estado dentro de la Iglesia, para, dentro de él, servir a la comunidad. De modo que estos sacramentos los recibe el individuo menos para sí mismo que para los demás: los esposos deberían partir siempre del supuesto de que cada uno consigue las gracias necesarias más bien para el otro cónyuge que para sí mismo